El cerro Ñemby es de origen volcánico, surgido en la era Cenozoica hace 45 millones de años. Es contemporáneo de los cerros Lambaré y Tacumbú, con los cuales comparte características magmáticas. El montículo está situado en el centro oeste del Departamento Central, en la jurisdicción del municipio del mismo nombre, y pertenece al grupo de cerros de la Cordillera del Ybytypanemá .
Cerro Ñemby | ||
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Localización geográfica | ||
Continente | América | |
Cordillera | Ybytypanemá | |
Coordenadas | 25°24′15″S 57°32′05″O | |
Localización administrativa | ||
País |
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Localización |
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Características generales | ||
Altitud | 156 m. s. n. m. | |
Detrás del término Ñemby existe una larga historia. Este término ya se utilizaba antes de la llegada de los conquistadores al área que actualmente ocupa Asunción y la costa abajo del departamento Central. Ñemby era la voz que los indios carios utilizaban para señalar su comarca. Según una teoría, el nombre deriva de la característica volcánica del cerro, y significaría “piedra que salió de adentro”. Otra teoría, quizá la más respaldada, sostiene que Ñemby era el nombre de un cacique muy destacado de la región, nombre que después fue usado para identificar al cerro y su zona. El cerro no siempre fue conocido con su nombre actual. En un mapa de 1920, elaborado por el cartógrafo Federico De Gásperi, el cerro se registra con el nombre de Caaguazú. También existen indicios de que alguna vez se le denominó Cerro Reducto.
En 1962, el cerro Ñemby poseía 19 propietarios, y su expropiación forzosa se realizó durante el gobierno dictatorial de Alfredo Stroessner, sobre una extensión de 70 hectáreas que incluía el cerro mismo junto a los terrenos y casas que se encontraban a su alrededor. El lugar serrano era una especie de pequeña aldea dentro del barrio Caaguazú, formada por viviendas rurales construidas con las propias manos de sus habitantes. El problema para los propietarios era que no querían que se les expropiaran sus casas ni sus tierras, la mayoría de las cuales eran amplias y con sembrados. Pero en 1962, por decreto N.º 20.165, el cerro fue expropiado “por causa de utilidad social”, o más específicamente, para proveer de piedra para la pavimentación de la Ruta N.º 11 de la Argentina. Los últimos propietarios habían recibido su parte del cerro como herencia de sus antecesores, y de ellos fue despojado a la fuerza por el estado paraguayo, recibiendo como indemnización pagos irrisorios, muchos de los cuales no fueron cumplidos. Los propietarios afectados fueron: Diego Olmedo, Patrocinio Olmedo, Eloy Cabrera, Ramón Centurión, Pablina Bogarín, Alejandro Vera, Vicenta Cantero, Fausto Fariña, María Antonia Giménez, Elena M. de Espínola, Domingo Acuña, Martín Ortiz, Regis Céspedes, Eugenio Céspedes y el condominio Francisca Merlo, Ladislao Pereira y Gregoria, Mariana y Natividad Céspedes. El decreto N.º 5.616 del 22 de junio de 1964 fijaba los montos de indemnización a los propietarios y ocupantes del cerro.[3]
El decreto N.º 5.616 del 22 de junio de 1964 fijaba los montos de indemnización a los propietarios y ocupantes del cerro, los cuales debían ser distribuidos de la siguiente manera:
Si bien en 1964 el cerro Ñemby fue despojado de sus propietarios y cedido al estado paraguayo, ya en 1962 el ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones estaba autorizado a ocupar el cerro para hacer efectiva su explotación inmediata. En aquel momento, existía un acuerdo suscrito entre el estado paraguayo y Vialidad Nacional Argentina para el suministro de 1.200.000 toneladas de piedra para la construcción de la ruta 11 Formosa. El MOPC contrató los servicios de la empresa “Construcciones Públicas S.A.C. y F.” para los trabajos de limpieza y destronque del cerro. Esta primera destrucción causó un gran impacto ambiental y en la vida de los lugareños porque los bosques deforestados proveían de frutas y otros alimentos a la población. Además, estos bosques proporcionaban leña, tacuarillas para la fabricación de canastas, y eran el hábitat de muchas especies animales. En 1963, la empresa argentina Petrominera S.A. dio inicio a la explotación de la cantera. Más tarde, en 1968, tomó posesión la nueva concesionaria, Concret-Mix S.R.L., que desde entonces hasta el año 2016 explotó el cerro, extirpó casi por completo su interior, hizo pedazos con su lado oeste, destruyó su lado norte, y devastó la mitad de su parte sur, convirtiéndose en fuente de trabajo para cientos de pobladores, y al mismo tiempo, en depredadora del patrimonio natural de Ñemby. Originalmente, la mayor parte de la producción de esta arrendataria estuvo destinada a su principal cliente, Vialidad Argentina, que en esos momentos se hallaba abocada al asfaltado de la ruta Formosa-Salta, y su función se basaba en la extracción de rocas basálticas, pero solo dos años después de comenzar sus actividades, la minera amplió su capacidad productiva al doble, añadiendo a sus operaciones la trituración de piedras, y logrando abastecer al mercado interno.[3]
Las quejas de los vecinos sobre las labores de la cantera existieron desde el principio de la explotación, sin embargo, hasta mediados de los años 80 éstas no se hicieron públicas por temor a represalias del gobierno. Polvos, temblores, rajaduras de paredes, y piedras expulsadas por las detonaciones de dinamita, fueron una constante preocupación para los vecinos. El sábado 28 de enero de 1984, un artículo de Abc color reflejaba el malestar de los vecinos por las fuertes explosiones de la cantera. “De acuerdo con lo que expresan los moradores de Ñemby, las explosiones producen rajaduras en las paredes, en los vidrios, dañan tejados y hasta han llegado a dañar partes del templo parroquial. Los habitantes que tienen sus casas en sectores más cercanos a la cantera, acudieron a las autoridades municipales a quienes expresaron la inquietud por los daños ocasionados por las explosiones. Fuentes comunales indicaron que ya cursaron notas a la empresa Concret-Mix, pero que hasta ahora no se ha conseguido respuesta para el logro de la solución”, decía una parte de la publicación. Con el tiempo, la empresa explotadora aumentó su poder económico y político, y no solo logró durante 48 años seguidos extender la explotación de la cantera, con la ayuda de las autoridades de turno, sino también intentó adueñarse de todo el cerro, comprando títulos de propiedad de las fincas ya expropiadas. En el año 2.000, empezó oficialmente el proceso de recuperación del cerro, con la creación de la primera coordinadora “Acción salvataje del cerro Ñemby”. Esta comisión fue la primera en protestar y llevar a cabo manifestaciones en contra de la Concret-Mix, y realizar cierres al acceso de la cantera. Más adelante, otros grupos de ciudadanos, encabezados por el profesor Etelvino Céspedes, el Paí Paulo Jiménez y Hugo Céspedes, motivaron al pueblo a organizarse para defender y recuperar su icónico patrimonio. Las acciones de estos grupos no pudieron evitar que la depredación continuara, porque sus esfuerzos se estrellaron contra poderosos intereses económicos, en su lugar, ayudaron a producir en la población una toma de conciencia. A principios de 2016, las nuevas autoridades municipales electas en los comicios de noviembre del año anterior, comenzaron a saldar una vieja deuda con el cerro y con el pueblo ñembyense. El intendente Lucas Lanzoni y el concejal municipal Jorge Ojeda, tomaron el problema en sus manos, y pusieron sus esfuerzos en las gestiones, tanto jurídicas como políticas, para la recuperación del cerro. Después de 16 años de persistencia, finalmente el clamor de los ñembyenses fue escuchado por sus autoridades, quienes salieron a las calles a acompañar a aquellos en su lucha por conseguir que su bien más caro vuelva a ser suyo. Cuando los medios de comunicación se hicieron eco de esta reivindicación, la toma de conciencia trascendió las fronteras de Ñemby: la necesidad de salvar el cerro dejó de ser un problema local para convertirse en asunto nacional. En todo el país se observó la simpatía por la causa ñembyense, la lucha por la recuperación del cerro era también la lucha del pueblo paraguayo. En esos momentos, y por las razones que fueran, se puso de moda defender el cerro Ñemby. Finalmente, el estado paraguayo a través del Decreto N.º 20.165 del 4 de julio de 2017, puso fin al arrendamiento, y ordenó la devolución del cerro al municipio. La acción de inconstitucionalidad presentada por la Concret-Mix contra este Decreto evidenció sus pretensiones de seguir explotando el cerro, sin embargo, éstas terminaron cuando la Sala Constitucional de la Corte, con su Sentencia N.º 483/2.000, rechazó la acción. Finalmente, luego de años de incertidumbre, el municipio logró tener la posesión de 56 hectáreas del cerro, 6 de las cuales ya poseen títulos de propiedad. En la actualidad, el municipio mantiene un litigio con la Concret-Mix sobre la posesión de 16 hectáreas.
Actualmente, el municipio de Ñemby diseña planes para convertir el cerro en un atractivo turístico, y en un sitio de esparcimiento sano para la comunidad y los visitantes.